Lo que le fotografía reproduce al infinito
únicamente ha tenido lugar una sola vez: la fotografía repite mecánicamente lo
que nunca más podrá repetirse existencialmente.
La fotografía
lleva siempre su referente consigo, están pegados el uno al otro (en la
fotografía una pipa es siempre una pipa, irreductiblemente): no hay foto sin
algo o alguien: es inclasificable pues no existe un criterio para decidir
fotografiar a este objeto o persona.
“Una fotografía es siempre invisible, no es al ella
a la que vemos”
Una foto puede ser objeto de tres
prácticas/emociones/intenciones (hacer, mirar, experimentar).
Distinguimos el operator (el fotógrafo), spectator
(los que coleccionamos las fotos) y el spectrum
(objeto fotografiado).
Distinción a la hora de ser fotografiado: saberlo o
no. Si sabes que eres fotografiado: “cuando me siento observado por el
objetivo, todo cambia; me constituyo en el acto de <<posar>>, me
fabrico instantáneamente otro cuerpo, me transformo por adelantado en imagen.
Intentas participar en la construcción de esa imagen: “decido dejar flotar
sobre los labios y los ojos una ligera sonrisa que yo quisiera indefinible. En
definitiva, que la imagen que construya la cámara se asemeje al “yo interior”.
“La foto-retrato es una empalizada de fuerzas.
Cuatro imaginarios se cruzan, se afrontan, se deforman. Ante el objetivo soy a
la vez: aquel que creo ser, aquel que quisiera que crean, aquel que el
fotógrafo cree que soy y aquel de quien se sirve para exhibir su arte”.
Para Barthes, una fotografías que ejerce una
atracción sobre él es una aventura: “la foto de por sí, no es animada, pero me
anima: es lo que hace toda aventura.
Una foto existe para el autor por la copresencia de
dos elementos discontinuos que no pertenecen a un mismo mundo. Ejemplos citados
(padres descubriendo el cadáver de su hijo y el ejército patrullando por las
calles). El primero de ellos es “una extensión, un campo” que se percibe en
función de la cultura de uno pero que remite a la insurrección (Nicaragua;
combatientes pobres, calles en ruinas, muertos..). Lo que Barthes denomina studium. El segundo elemento que
perturba el studium es el punctum: “el punctum de una foto es ese azar que en
ella me despunta (pero también me lastima, me punza)
El ejemplo lo encontramos en la foto Retrato de una familia, 1926 (James Van der Zee):
El studium es
claro ; interés por simpatía, como buen sujeto cultural por lo que expresa la
foto (respetabilidad, familiarismo…) Lo que me <<punza>> es un
objeto parcial, un detalle como sus zapatos con tira, sus brazos cruzados de la
hermana o hija a la manera de los escolares.
El studium está siempre codificado, el punctum no lo
está. Tanto si se distingue como si no, el punctum es lo que añado a la foto y
que sin embargo ya está en ella.
Barthes distingue otro tipo de punctum (Alexander
Gardner: retrato de Lewis Payne, 1865):
El fotógrafo inmortalizó a Payne,
condenado a la horca por intentar asesinar al secretario de Estado americano.
La lectura es : esto será (su futura muerte) y esto ha sido (murió hace más de
un siglo), la fotografía expresa la muerte en futuro.
Término, los <<biografemas>> la
fotografía es a la Historia lo que el biografema es a la biografía. La
fotografía permite el acceso a un infra-saber: <<el fotógrafo me enseña
cómo se visten los soviéticos: noto la voluminosa gorra de un muchacho, la
corbata de otro, el pañuelo de cabeza de la vieja, el corte de pelo de un
adolescente (William Klein; el primero de
mayo de 1959 en Moscú).
La foto se hace sorprendente a partir del momento en
que no se sabe por qué ha sido tomada. La fotografía decreta notable lo que
ella misma fotografía (¿por qué fotografiar un desnudo a contraluz en el hueco
de una puerta?).
La máscara en la fotografía: convertir a un rostro
en producto de una sociedad y de su historia (Richard Avedon: William Casby,
nacido esclavo, 1963): <<la esencia de la esclavitud se encuentra aquí al
desnudo>>
En el fondo la fotografía es subversiva no cuando
asusta, trastorna o estigmatiza sino cuando es pensativa (fotos de Kertész
rechazadas por la revista life porque sus imágenes “hablaban demasiado”, hacían
reflexionar, sugerían un sentido.
Para el autor, las fotografías de paisajes (urbanos
o campesinos) deben ser habitables y no "visitables"
Presencia en la fotografía de un campo ciego, que es
la distinción entre la foto erótica de una fotográfica. La pornográfica representa ordinariamente el
sexo, hace de él un objeto inmóvil mientras que la foto erótica no hace del
sexo su objeto central; arrastra al espectador fuera de su marco, como si la
imagen lanzase el deseo más allá de lo que ella misma muestra.
La fotografía no rememora el pasado, el efecto que
produce en mí no es la restitución de lo abolido, sino el testimonio de que lo
que veo ha sido. La fecha forma parte de la foto: no tanto porque denota un
estilo , sino porque hace pensar, obliga a sopesar la vida, la muerte, la
inexorable extinción de las generaciones (André kertész: Ernest París 1931) :
Toda fotografía es un certificado de presencia, de tal manera que el pasado, es
desde el invento de la fotografía, tan seguro como el presente.
La fuente para la elaboración del artículo ha sido Barthes Ronald (2010): La cámara lúcida. Notas sobre la fotografía. Barcelona : Gustavo Gili.