“Si tus fotos no son lo suficientemente
buenas es porque no te has acercado lo suficiente” (Robert Capa)
Miliciana republicana. Barcelona, agosto de 1936 |
Robert Capa representó todas fuerzas enfrentadas en
el conflicto español, sabiendo trasladar cómo es el día a día entre tiroteos en
un país en guerra. Esta fotografías es especial porque chocan dos elementos en
la misma: si leemos la foto de derecha a izquierda vemos una escena cotidiana:
una mujer leyendo tranquilamente la prensa del día. Enseguida notamos un
elemento que nos dice dónde estamos exactamente: un civil armado, con potencia
de fuego suficiente para matar a otra persona. La imagen tiene gran valor por
mostrar qué significa que la población se militarice, que tome las armas en
defensa de sus ideales, de su imagen de España. Todo ello sin recurrir a lo
fácil y evidente (un fuego cruzado), tienen más relevancia los pequeños
detalles.
Miliciana republicana. Barcelona, agosto de 1936 |
El 5 de septiembre de 1936 , Capa y Gerda Taro
estaban en el pueblo de Cerro Muriano, a 12 kilómetros al norte de la capital
andaluza de Córdoba. Esa mañana los milicianos de la organización
anarcosindicalista Confederación
Nacional de Trabajo (CNT) lanzaron una ofensiva en dirección a Córdoba.
Durante ese día, Capa fotografió la muerte de un miliciano republicano llamado
Federico Borrell García. La fotografía, titulada “Muerte de un miliciano”, está universalmente reconocida como una
de las mejores fotos jamás hechas.
La fotografía reproduce el instante idóneo, el momento en el que el miliciano ha recibido la
bala y empieza a desplomarse y caer al suelo abatido. La foto se ha convertido
en la imagen simbólica de la Guerra Civil Española.
Vallecas, Madrid (invierno) de 1936 |
En los primeros meses del asedio a Madrid, Capa
fotografió a los habitantes de Vallecas, un barrio obrero especialmente afectado,
que vivía entre las ruinas.
La destrucción: otro de las graves consecuencias de
la guerra (es más, de una guerra fratricida ). El fondo de la imagen traslada
un mensaje transparente: la casa de una mujer convertida en escombros. Lo más
llamativo no es la destrucción misma, sino la imagen de desamparo y penuria que
nos expresa la mujer. La posición de sus brazos (pegados al pecho, es obvio que
tiene frio pues hablamos del invierno en Madrid) nos traslada a las grandes
penurias que tuvieron que pasar muchas familias durante la guerra y posguerra.
Barcelona, enero de 1939
|
A mediados de enero de 1939, todos los hombres de
hasta 50 años fueron reclutados para luchar contra las tropas fascistas que se
acercaban rápidamente a Barcelona. Mientras tanto, se inició una evacuación
masiva de la ciudad, realizada en gran parte a pie. Mujeres, niños y ancianos
emprendieron la marcha hacia la frontera francesa llevando sus escasas
posesiones sobre la cabeza, en hatillo o en maletas.
Aquí aparece otro de los traumas de la guerra: el
exilio, el desarraigo. Aquí aparecen los inocentes, los más débiles que siempre
tienen que sufrir lo peor de la guerra :
los niños, las mujeres y los abuelos. Todos ellos con un destino incierto y una
misma motivación para seguir moviéndose: evitar la muerte a manos de españoles.
<<Por la
carretera, los periodistas divisaron miles y miles de refugiados montados en
carretas, a lomos de mulas, a pie, suplicando a los camiones o a los coches que
les llevaran, luchando cansinamente por alcanzar esa inhóspita frontera donde
seguían empeñándose en impedirles el paso ( porque los franceses todavía no
permitían a los refugiados e ntrar en Francia)>>
Cosas del destino o simple suerte la de esta anciana
que ante un ataque aéreo franquista pudo salvar la vida. La imagen (impactante
de por sí) resulta más desgarradora cuando se conoce el trasfondo de la
historia:
<<Poco
después, el 15 de enero (un día soleado, inusualmente cálido para la estación),
Capa salió de Barcelona en dirección sur, por la carretera de la costa, para
fotografiar a los refugiados que habían esperado hasta el último minuto para
abandonar Tarragona. De pronto, los aviones franquistas hicieron su aparición
en el radiante cielo azul y abrieron fuego con sus metralletas sobre los
refugiados indefensos, que ayudaban a sus escuálidas mulas a tirar de los
carros en los que habían apilado sus efectos personales. La carretera pronto
vio correr la sangre de los refugiados y allí quedaron, desparramadas sus
pertenencias. Entre las imágenes más desgarradoras que Capa sacó ese día quizá
se encuentre la serie de una anciana que salvó la vida milagrosamente. Capa la
encontró dando vueltas y vueltas a su carro, completamente ida.
Soldados republicanos exiliados se dirigen a la
frontera francesa. Barcelona, 1939
|
El destino de los soldados republicanos no fue menos
aciago:
<<Los
soldados republicanos españoles que cruzaban la frontera francesa hacia el
exilio fueron encerrados en unos enormes y rudimentarios campamentos donde no
se permitía entrar ni a sus familiares más próximos. A mediados de marzo de
1939, Capa visitó el campamento de la playa de Ángeles-sur-Mer, donde había
unos 70.000 hombres. Vivían en condiciones lamentables, en tiendas y campañas
improvisadas, sin agua corriente. Estando allí, Capa fotografió a un grupo de
hombres trasladados de ese campamento a uno algo mayor en Le Barcarés , a 32
kilómetros al norte.
Robert Capa, sujetando su Cóntax de 35mm
sobre un tanque
Japonés capturado en la batalla de
Tai´erzhuang., China. 1938
|
Bibliografía:
Whelan, Richard
(2003) Robert Capa. La biografía. Madrid:
Ediciones
Aldeasa
Whelan, Richard (2007) Robert Capa: obra fotográfica. London; New York: Phaidon, 2 imp.
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